Refugios para el espíritu

Rutes Senderisme Montsant.
Desde Albarca hasta el Pi de la Carabasseta y vuelta por Santa Magdalena

   “Per més gran que ara fos vostre dolor, / penseu que trepitgeu terra sagrada! / Sou al Montsant; de cada gra de pols, / de l’herba més petita i amagada, / en brolla a dolls aquesta pau del cor / que entra pels ulls i deixa assossegada / l’ànima més tèrbola del món / i la més afligida i amargada”.

   Estos versos de Ventura Gassol, escritos a principios del siglo XX, glosan el carácter de Montsant como espacio espiritual, religioso y trascendente, que se traduce en una tradición eremita y monacal riquísima. Según parece, esta tradición es anterior a la conquista sarracena y estos la respetaron (algunos estudiosos afirman que los musulmanes la denominaban gabal al-barka, es decir, montaña bendecida). Desde antes de 1170 hay noticias de anacoretas cristianos viviendo donde hoy se encuentra la ermita de la Mare de Déu de Montsant. La belleza y soledad del lugar llevó a proyectar la construcción de un cenobio cisterciense, aunque finalmente se abandonó la idea, probablemente por la falta de agua.

   En la ermita de Santa Magdalena, bajo el edificio modernista, aún hoy se puede visitar la cueva donde vivió Fray Llorenç Julià, personaje muy querido por los habitantes de Ulldemolins del siglo XVI. Su vida transcurrió entre la contemplación, las oraciones y la curación de enfermos con la ayuda de hierbas medicinales. No hay dudas que esta montaña invita a la serenidad, algo muy necesario también en los tiempos presentes.

   Desde Albarca (815m) se sale en dirección hacia el macizo siguiendo siempre las marcas blancas y rojas del GR 171, que no se abandonan hasta Santa Magadalena. Al cabo de diez minutos, se llega a la plana de Hostalets. Las ruinas de las antiguas casas recuerdan que por aquí pasaba el camino que unía antiguamente Reus y Fraga. El itinerario seguía recto, subiendo por un tramo muy erosionado y maltratado del viejo camino de herradura, hasta llegar arriba del Montsant por el Grau Gran. La pista construida los años setenta hizo desaparecer la mayor parte del recorrido y desfiguró completamente el bonito paso entre las rocas que daba acceso a la plana del Grau.

   Desde este punto, se siguen las marcas que se decantan hacia la derecha, hacia el barranco, para encontrar la ermita de la Mare de Déu de Montsant que está muy cerca. Detrás la ermita sale al sendero de “recingle” que atraviesa unos tramos absolutamente maravillosos de Montsant umbrío. Cresteando y flanqueando se llega al Pi de la Carabasseta (1030 m). Aquí se tiene que coger la derivación del GR que, a la derecha, baja hasta Santa Magdalena. El camino hasta Albarca no está indicado pero resulta evidente dado que sigue la falda de la montaña hasta la plana de Hostalets, al lado de Albarca.

Características: 

Tiempo: 4 h (sin contar paradas).
Distancia: 16 km.
Desnivel: 350 m.
Recomendaciones: Hay agua en Santa Magdalena, pero no siempre fluye la fuente de Albarca.
Mapa: Serra de Montsant 1:20.000 Editorial Piolet.